Hoy traigo un DIY facilísimo y muuuuy resultón. Si aun no te has estrenado con las fantabulosas chalk paint (algo así como "pintura de tiza"), ¡no lo dudes más y prepara los pinceles!
Son ideales para transformar muebles a los que ya les tienes la cara muy vista ^-^
Pero también son perfectas para recuperar, costumizar o reciclar cualquier objeto que corra por casa y que necesite una nueva vida... Como fué el caso de este viejo cubo:
Decidí darle un fondo color malva fumado. Lo fantástico de esta pintura es que no necesitas ningún tratamiento previo, da un acabado súper mate y cubre con una sola capa.
Pinté el cubo por dentro y por fuera. La chalk paint tiene una base de agua, por lo que cuando terminas de pintar, sólo tienes que lavar el pincel bajo el grifo y listo.
A continuación, una vez seca la pintura (proceso que se consigue a una velocidad supersónica y, más aún en verano), apliqué barniz para craquelado por la parte externa del cubo.
Como ves, el barniz craquelé una vez seco, da un acabado brillante.
Luego apliqué una segunda capa de chalk paint de color sal ibiza. Cuando esta capa de pintura se seca (gracias a la acción del barniz craquelé), se cuartea, dejando al descubierto el color malva de la primera capa de pintura. ¡Precioso!
Recorté unos dibujos de una servilleta, para aplicarlos con la técnica del decoupage. Esta técnica es muy sencilla. Puedes ver un ejemplo de como aplicarla AQUÍ.
Para pegar el motivo que recorté usé un barniz ultramate, para que no diera un acabado nada "brilloso", puesto que la pintura chalk paint también es absolutamente mate. Así el dibujo queda más integrado.
Para terminar apliqué un poco de cera blanca con un trapito de algodón. Así se consigue un tacto suave y una tenue pátina blanca que da un acabado "empolvado" muy retro.
Y este es el resultado final de la transformación:
Espero que te animes a dar nuevas oportunidades a tus muebles o cachibaches varios antes de deshacerte de ellos. Así además, ¡pondrás un poco de color a tu vida!